lunes, 30 de septiembre de 2013

Debemos salvar a los niños de Siria


La Guerra en Siria no debería ser vista como una cuestión política lejana y compleja. Es una catástrofe cercana y humana; la mayor a la que se enfrenta el mundo hoy. Son nuestros niños. Y están muriendo. ¿Dónde está la indignación?

Noor es una embarazada en estado avanzado, de 22 años, con un aire de alivio en su mirada. Llegó hace apenas dos semanas, hambrienta y exhausta, al campo de refugiados de Zaatari en Jordania, acompañada de sus tres hijos. El hambre finalmente hizo lo que la incesable violencia no había logrado hasta entonces y les obligó a dejar su casa porque sencillamente no había nada más que comer. Caminaron durante cinco noches, temerosos de hacerlo durante el día por miedo a los bombardeos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario